LA PANSPERMIA

Fumando y escribiendo....

Un espacio de: Alba Lenna Avila Sanchez. (Fundadora) (Manager) (Redactora)
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domingo, 19 de septiembre de 2010

Como es que entre.


Un bigote grande y negro me hizo pensar en el procurador, era ya inevitable que mirara la figura de algún largo y negro bigote y no me acordara de es hombre que se hacia llamar Gonzalo. Mientras me servían un café hablaba por celular con Rafael, un antiguo socio que vendía artículos de limpieza desde hace algunos ayeres, era un buen tipo pero la simpleza de la vida laboral lo había reducido. Mientras terminaba de hablar con el sobre asuntos meramente académicos un señor de aspecto cruel y físico robusto me abordo, me dijo que tenia un encargo para mi.
- ¿como es que dio conmigo?- le pregunte sin mas.
- su señora carmen, ella me informo, me dijo que lo encontraría aquí -
El hombre a pesar de su fuerte figura era de habla un tanto infantil, me dijo que se llamaba pedro Suarez, no le creí. Me dijo que quería que metiera a su hijo a la universidad autónoma, me llamo la atención la petición, ya que de antemano todo mundo sabe que no hago eso.
- No puedo señor - le dije sin pestañear.
- Tengo 15 mil señor, me urge -
No sabia del por que me ofreció tan fuerte cantidad pero vi que estaba decidido.
- ¿Por que tanto interés en que alguien entre a una universidad que puede ser sustituida por otra señor y de igual calidad? - le dije enojado, ya que mi café se enfriaba y me disgusta tomarlo con compañía.
- Por que pienso que esa es la mejor opción señor, es simple voz que pasa y pasa -
No le creí nuevamente, pensé que seria un acto de complot, tenia que cuidar mi imagen política.
- No puedo, simplemente no puedo señor - me disculpe y me fui del lugar.
Mientras mandaba al demonio a aquel señor me acorde de como es que entre a la universidad, fue en una fiesta del procurador Gonzalo, era lunes, un día inusual para una fiesta. Mientras veía con ojos de infante todo aquel derroche de dinero y sonrisas falsas me imagine como es que seria mi vida universitaria, pagar mil pesos por entrar era cosa fácil, era una ganga verdaderamente.
- Felicidades Gonzalo, ya sabes lo que se te desea, mi señora trajo un pastel de zanahoria que se que te gusta, come condenado - dijo un gordo con pipa.
Observaba la comida con mi tío, estaba comiendo enchiladas, lo malo que eran suizas, es estúpido que le pongan ese nombre; una señora movía el culo en mi cara, posaba para una fotógrafa joven, la señora del culo tenia un vestido amarillo, apestaba a perfume, odio el perfume, me produce asco, un asco a morir, es azufre; así que tuve que pararme puesto que los ojos me ardían, la maldije. Comía mientras mi estomago gruñía, el dolor de mi piernas era insoportable y el calor hacia que mi camisa me irritara, por fin el muy pendejo del procurador nos atendió, solo para decirnos después de cuatro horas de espera que le diera mi ficha y que el se encargaría. Eso hijos de puta funcionarios públicos piensan que uno tiene su tiempo. Por fin salimos de ese collage de bestias adineradas y nos fuimos a la ciudad, pase por un refresco, mi tío hizo lo mismo.
Mientras salia del café pensé en que 15 mil pesos le vendrían bien a mi nuevo patio con pasto así que me regrese, ese día me tuve que pedir otro café.

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